Hace 40 años, Karen Miller comenzó a decorar su casa en Halloween. Ella dice que su marido sabía que su tendencia sería ir cada vez a más, pero permitió que al menos una vez al año, Karen disfrutara de ello sin limitaciones. Karen en ese momento vio el cielo abierto «Halloween me da una licencia libre para ser creativa«. «Me gusta pensar en cada detalle, y mirar con ojos de niño».
Karen realiza sus creaciones espeluznantes con objetos recogidos de tiendas de antigüedades, tiendas de segunda mano y las expone en su casa al sur de Beaverton en Seatle durante un mes.
En sus manos, todos los objetos de uso cotidiano cobran una nueva vida…, las brujas y fantasmas se modernizan y en vez de usar su tradicional escoba, prefieren trasladarse en bicicleta, sábanas viejas se transforman en el vestuario de sus esqueletos, y muñecos cándidos, pasan a ser personajes de la noche.
También tiene expuesto un cadáver que brilla incesantemente durante toda la noche. Un día llegó a confesar a un amigo «a veces creo que estoy demente por armar todo esto cosas raras».
La fascinación de Miller con Halloween comenzó en la década de 1950. Su madre solía asustar a los niños del barrio conectando un aspirador cuando éstos se acercaban al porche. «Vivíamos en una antigua casa victoriana que era perfecta para Halloween,» dice ella. «Mi papá nos llevó a pedir dulces, y para mí fue un momento muy mágico.»
Ahora Miller es la que crea el ambiente mágico para los niños del barrio, y sus padres, vuelven año tras año para ver sus creaciones. Ella dice mirando a los niños del barrio, que le gusta verlos crecer alrededor de sus obras y señaló que «algunos de los padres hacen fotos a sus hijos todos los años delante de sus decoraciones favoritas.»
Karen comienza a prepararlo todo la primera semana de octubre, y su marido, antes de fallecer hace 8 años, le ayudaba a colgar la decoración de la parte superior de la casa y la que se colocaba en las ramas de los árboles. Ahora son los chicos del barrio sus ayudantes. Todos juntos preparan el cobertizo, las tareas de almacenamiento, y lo dejan todo listo para comenzar a decorar.
«Cambiar es importante», dice Karen, «cada noche pienso que se podría cambiar o agregar.» Ella también está constantemente añadiendo nuevas escenas a su colección, y retira varios artículos cada año para mantener su colección actualizada.
Le dedica todo el fin de semana completo y varias noches después de llegar del trabajo. Es ilustradora técnica para Rockwell Collinso. Cuando todo está listo, invita a sus vecinos a una «ceremonia no oficial de iluminación», donde sirve sidra de manzana caliente y galletas Oreo con relleno de naranja.
La gente le pregunta si continuará con esta labor durante muchos años más, y ella siempre contesta «Una vez que empiezas, ya no puedes parar».
¡Feliz miércoles!
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